05 Mar
No son muchas las ocasiones en las que la ingeniería se abre paso de una manera tan firme y consistente como lo ha hecho en la formación de los saltos del río Duero en Ricobayo. Algo que ya tienen bien aprendido el afortunado grupo de ingenierosVA que se desplazó hasta la localidad zamorana.
La comisión de veteranos de ingenierosVA organizó junto a Iberdrola una visita al Laboratorio de hidráulica, donde también se apuntaron precolegiados que estudian el grado en ingeniería de la rama industrial en la Escuela de Ingenierías Industriales de Valladolid, y amigos y conocidos de colegiados que acudieron para aprender, disfrutar y compartir un viernes diferente.
El viaje comenzó pronto en Valladolid para ir junto en autobús, donde la primera parada fue en la iglesia de San Pedro de la Nave, un monumento que tuvo que ser movido piedra a piedra para salvarla del pantano.
Tras la visita cultural el grupo de casi 50 amigos ‘ingenieriles’ descubrió el Laboratorio de Hidráulica de la mano de su director Fermín Faunez, quién se encargó de guiar la visita. El nacimiento de este laboratorio tiene un motivo fundamental que se centra en la resolver los problemas que se tuvieron a principios del siglo XX con el aliviadero de la presa debido a la erosión. “Los problemas tenía mucho que ver con las avenidas que tenía que soportar, que llegaron a los 14.000 metros cúbicos por segundo”, explicaba Faundez a los asistentes.
Para poder estudiar el comportamiento de la presa y del aliviadero se construyó el laboratorio, que no se trata de una maqueta sino de un modelo donde estudiar y avanzar en investigación y desarrollo dentro de Iberdrola.
Muchos más datos, curiosidades y anécdotas fueron marcando el devenir de la jornada que culminó con todos los asistentes sentados a la misma mesa para compartir preguntas y experiencias de vida que sirvió para unir tradiciones, edades y culturas en torno a la ingeniería y gracias a un grupo de ingenierosVA.