01 Oct
La versatilidad y adaptación de un ingeniero técnico industrial son tan importantes en el desarrollo de su carrera profesional que son incontables las funciones que puede llegar a desempeñar tras finalizar sus estudios. Este es el caso de Ana Álvarez, que tras terminar sus estudios en la Universidad de Valladolid ahora es encargada del área internacional de gestión patrimonial de Repsol.
“En 2016 tomé la responsabilidad de liderar la función global de Gestión Patrimonial, hasta ese momento el portafolio inmobiliario mundial no se había gestionado centralmente, cambié el enfoque de la función tomando control del portafolio y tomando decisiones inmobiliarias con importante impacto en la cuenta de resultados del Grupo. Como parte de los resultados, en el 2018 conseguimos firmar contratos de subarriendo de activos no utilizados por importe de 50 Mill € en Norte América y Canadá con reconocimiento por parte del CEO de Repsol al éxito de las transacciones inmobiliarias”, explica Ana durante la entrevista.
La tecnología y la digitalización son pilares de la compañía, que cuenta con proyectos punteros en distintas disciplinas que la han convertido en un referente en innovación, sostenibilidad y eficiencia en el sector energético. Además, para Ana es importante también reivindicar el papel de mujer en un sector como el de la ingeniería, donde poco a poco se va revirtiendo la tendencia de un sector con mayor presencia de hombres.
La compañía se ha vinculado tradicionalmente con el sector del petróleo y el gas, pero desde noviembre de 2018 opera también activos de generación eléctrica de bajas emisiones, con tres gigavatios de potencia instalada, entre los que se incluyen instalaciones hidroeléctricas y ciclos combinados de gas, y también está desarrollando proyectos de energía renovable fotovoltaica y eólica.
