16 Ene
Ser parte de ingenierosVA es más que una formalidad; supone contar con un respaldo firme en cada paso de la vida profesional. Así lo demuestra la historia de Rosa Ana Hernández, una ingeniera interina que, tras 19 años de trabajo en el Ayuntamiento de Valladolid, encontró en el Colegio la clave para lograr lo que durante años le fue negado: el reconocimiento de su nivel profesional.
Desde su incorporación como interina en 2005, asumió responsabilidades cada vez mayores. Coordinó equipos, formó a nuevos técnicos, impartió cursos y desempeñó tareas de nivel 22 y 24, a pesar de estar encuadrada oficialmente en un nivel 20. Sin embargo, sus esfuerzos no fueron reflejados en su categoría profesional.
“Siempre supe que mi contrato debía ser temporal, pero pasaron 19 años sin que convocaran la plaza. Mientras tanto, asumía cada vez más funciones sin que se reconociera mi trabajo. Fue frustrante, porque sentía que mi esfuerzo no valía para nada. Cuando finalmente solicité el reconocimiento, el Ayuntamiento respondió que, por ser interina, no tenía derecho a nada”, recuerda.
Fue entonces cuando decidió acudir al servicio jurídico de ingenierosVA, buscando no solo una solución, sino también respaldo. Y lo encontró.
“El Colegio entendió perfectamente mi situación. Me ofrecieron una defensa impecable y me hicieron sentir protegida. No es solo ganar un caso legal, es sentir que tu profesión importa y que no estás sola en esta lucha”, comparte emocionada.
Recurso contencioso administrativo
Con el apoyo del equipo jurídico, presentó un recurso contencioso administrativo, respaldado por jurisprudencia reciente del Tribunal Supremo que defiende la igualdad de derechos entre interinos y funcionarios de carrera. La sentencia del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 4 de Valladolid le dio la razón, reconociéndole el nivel 22 y los efectos económicos desde cuatro años antes de la demanda.
“Este proceso no solo ha sido una victoria personal, sino también una reivindicación profesional. Saber que tu Colegio está ahí para respaldarte, sin importar lo complicado que sea el caso, te da una fuerza increíble. Hoy puedo decir con orgullo que pertenecer a ingenierosVA ha marcado la diferencia en mi carrera.”
Este caso es un ejemplo claro de cómo ingenierosVA defiende los derechos de sus colegiados y, además, actúa como un aliado estratégico para su desarrollo profesional. Gracias a su servicio jurídico especializado, los colegiados tienen la garantía de que su esfuerzo será reconocido y protegido.
Para Rosa Ana este resultado es, además de un triunfo legal, un recordatorio del poder de la colegiación. “Cumplo 25 años como colegiada, y nunca antes había sentido tan claramente el valor de pertenecer a este colectivo. ingenierosVA no es solo un colegio, es una comunidad que protege, defiende y dignifica nuestra profesión.”